Kombireise Sydney & Bali

Sobre el destino: Sídney es la capital del estado de Nueva Gales del Sur y la ciudad más poblada de Australia. Limita con el Océano Pacífico y el río Hawkesbury, Sídney es considerada una de las ciudades más hermosas y habitables del mundo en el mundo. Tiene una silueta icónica, algunos museos maravillosos, deliciosos restaurantes, un ambiente animado y toneladas de belleza natural. Como en cualquier gran ciudad hay muchas cosas para ver, pero las más importante son la Ópera de Sídney, situada en el puerto de Sídney, es uno de los monumentos más reconocidos del mundo, el Puente del Puerto de Sídney, la principal catedral católica de Sídney, la Catedral de Santa María, el Real Jardín Botánico y una gran variedad de hermosas playas. La playa más famosa de Sídney, Bondi Beach dispone de un animado paseo marítimo y es un lugar famoso entre los surfistas. Justo en las afueras de Sídney, tenemos las Montañas Azules, una cadena montañosa virgen llena de árboles de eucalipto. Sídney es una ciudad de gran vitalidad y es un destino increíble y fascinante. Hay algo para cada visitante, historia, arte, cultura, naturaleza, moda, gastronomía, arquitectura y, sobre todo, Sídney es una ciudad que sabe cómo divertirse.

Sobre el destino: La zona sur de Bali, aunque por lo general es caótica y demasiado turística, tiene las mejores playas de la isla y varias visitas de interés, por lo que si viajas a este destino, te recomiendo pasar allí al menos tres días completos. Si Bali está demasiado masificada, la zona de Kuta y alrededores se lleva la palma: fue allí donde llegaron los primeros viajeros en busca del surf y se encontraron además con un paraíso que exportar. Pero a pesar del ruido y de que la cultura balinesa no esté tan presente como en otras zonas, Kuta y alrededores también se pueden disfrutar. La calle Legian es agradable, ideal para comprar souvenirs o un vestido regateando con los lugareños; la playa es muy adecuada para hacer surf y ¡la mejor para verlo, ya que está lleno de surfistas a todas horas!; y el atardecer es todo un evento que no se puede uno perder. Los lugareños acuden a la playa en manadas, muchos de los cuales quieren fotografiarse contigo, juegan al fútbol o simplemente se bañan; y se montan bares espontáneos con cervezas frescas y cajas como barra de local. Hay atardeceres que de lo bonitos que son hacen daño. Eso sí, la vida de la gente local es más reducida que en otros lugares de la isla, o al menos no está tan integrada, por lo que olvídate de poder encontrarte un bonito mercado o un templo en cada esquina. Nosotros llegamos preguntando a un mercado y era pequeño y estaba destinado a la comida, por lo que al final, por el intenso olor, acabamos saliendo de allí pronto.